La Propiedad Intelectual está en crisis. Los músicos, más que nadie lo sabemos. Las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) han abierto una grieta en el mercadito de las industrias musicales. El potencial de cambio y exposición que transita la música hoy es un panorama temible para la vieja concepción de los derechos de autor. Pero por el contrario es un terreno dinámico y extremadamente productivo si uno comienza a adaptarse a sus códigos.
Es claro: yo músico, compongo un tema hoy... ¿cuánto tiempo puede pasar antes de que esté cargado y disponible en la web? Hablamos de que esté disponible para ser escuchado y ¡Copiado! ¡Pirateado! ¡Usufructuado por otros!
¿Qué tan terrible es eso? Mucho si no sabemos cuidarlo.
Los derechos de propiedad intelectual manejados hasta ahora en muchas de las industrias culturales (el Copyright) es un mecanismo de protección de la obra que bajo el nuevo orden se ha vuelto no sólo obsoleto, sino también perjudicial para la prosperidad de la obra.
Las limitaciones de circulación de la música bajo Copyright son totales e impiden al músico hacer excepciones, por más convenientes que les sean. Una vez que la obra es registrada, la persona o empresa que tiene el Copyright es la ÚNICA autorizada para reproducirla, cambiarla, publicarla, venderla, distribuirla o presentarla legalmente. Y si lo vemos desde este nuevo punto de vista, el ARTISTA deja de ser el productor de la obra, para ser el custodio. Y esto, hoy, no está bueno.
Imaginen simplemente la posibilidad de que el artista siga siendo reconocido como autor de su obra, manteniendo todos los derechos comerciales, pero cediendo el derecho a difundirla, copiarla y reproducirla libremente. Más allá de la virtud romántica y simbólica de la acción, puede resultar también extremadamente productiva a nivel económico. Pero esto no es lo primero que se nos cruza por la cabeza; siempre en este punto llegamos a un cuestionamiento ineludible: ¿Pero si les regalo mi música... ¡no me la van a comprar!
Y no, probablemente no nos la compren (a menos que el objeto disco tenga un valor agregado), pero pensemos en todo el proceso económico de la producción musical: ¿no nos estamos ahorrando una gran inversión económica y laboral en materia de difusión?, ¿no estamos ganando potenciales clientes para nuestros shows que de otra forma no hubiésemos conseguido? Claro que estamos ganando volumen de difusión y potenciales admiradores.
Todo esto nos lleva entonces a cuestionarnos nuestra actitud actual: ¿No nos estamos perdiendo hoy de un enorme potencial de difusión de nuestra obra por el miedo a que se nos sea "robada"? ¿Robada por quién? ¿En qué medida la prohibición de la duplicación, distribución y reproducción de nuestra obra impide su "robo" o genera perjuicios económicos?. Y hablemos ahora de los músicos independientes:
A menos que el negocio del disco (en caso de haber grabado y duplicado uno) traiga aportes económicos de más de 5 cifras a la banda... estamos perdiendo plata y derrochando esfuerzo gracias a un sistema de protección de la obra INADECUADO. Porque no es cuestión de negar la alguna vez funcionalidad del sistema. En su momento, y bajo ciertas condiciones históricas de producción musical el Copyright fue una garantía de reconocimiento laboral.
Pero HOY, para un MÚSICO INDEPENDIENTE CORDOBÉS la cosa no funciona tan bien. Por eso, desde el MuCC queremos comenzar a informarnos y considerar la opción de producir bajo otra norma: el COPYLEFT.
El Copyleft es otroa forma de registrar legalmente la obra. Se basa en las libertades que se le da al mismo artista a decidir las reglas bajo las cuales se va a hacer circular su obra. Puede, por ejemplo, permitir la copia, distribución, reproducción, modificación y difusión no comercial de su obra, siempre y cuando sea citada su autoría. Por otro lado puede permitir la reproducción con fines comerciales de su obra, facilitando así aún más su capacidad de difusión de manera LEGAL, llegando a ser difundido en espacios hasta entonces imposibles.
Los tiempos han cambiado y más allá de toda visión pesimista, nadie puede negar que el acceso libre a la cultura va ganando terreno de a poco e Internet es en gran medida el responsable de esto. No durmamos, Internet es un terreno fértil donde nuestra obra, bajo los derechos de autor apropiados, puede crecer y reproducirse convenientemente.
(Aparte la gente del ambiente del Copyleft tiene mucha onda, fíjense si no.)
marcos oviedo
* del título: (Monogamia vs. Amor Libre, Copyright vs. Copyleft)
Quiero aclarar que uno puede ser monógamo y gestionarse bajo las normas del Copyleft,
aunque hoy la mayor parte de nosotros trabaja con la otra combinación.
¡Bonus Track!
capítulo específico referido a la producción musical.
Fuentes: